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Información sobre la adicción a la heroína

El costo personal de la adicción a la heroína (trastorno por abuso de heroína) puede ser devastador. Podría perder su empleo y sus ahorros. Incluso puede perder a sus amigos y familiares. Con el tiempo, puede perjudicar su salud e, incluso, perder la vida. Pero la adicción a la heroína se puede tratar. Si usted o un ser querido tiene problemas con las drogas, se puede obtener ayuda. El primer paso es admitir el problema. Luego hable con alguien en quien confíe.

¿Qué es la heroína?

La heroína es una droga ilegal hecha de morfina. Proviene de una flor (la amapola). Por lo general, la heroína se vende en forma de polvo blanco o marrón o como una sustancia negra alquitranada. Los consumidores pueden inyectarla, fumarla, aspirarla por la nariz o hasta comerla. Esto le da una fuerte sensación de placer que puede durar unas horas. La heroína es sumamente adictiva. Esto quiere decir que su cuerpo y su mente desarrollan una fuerte necesidad de consumirla. Es difícil dejar de hacerlo. En consecuencia, pasa cada vez más tiempo buscando y consumiendo la droga. De hecho, consumir heroína puede volverse el objetivo principal de su vida. Y es posible que no pueda dejarla por su cuenta.

¿Cuáles son los riesgos de consumir heroína?

La heroína es sumamente adictiva. Otros riesgos de consumir esta droga incluyen lo siguiente:

  • Sobredosis y muerte. La heroína que consume puede ser más fuerte de lo que cree. También podría estar mezclada con narcóticos más fuertes, como el fentanilo. Esto generalmente causa una sobredosis, que puede ser mortal.

  • Riesgo de contraer VIH y hepatitis. Puede contraer estas enfermedades por usar agujas compartidas para inyectarse la droga. Y puede contagiarlas a sus parejas sexuales y sus hijos.

  • Partos prematuros o bebé que nace muerto. Los bebés de mujeres que consumen heroína pueden nacer antes de tiempo o podrían morir antes de nacer o durante el parto. También pueden nacer ya siendo adictos a la heroína.

  • Problemas en la piel y las venas. Venas dañadas o con cicatrices; o infecciones en las venas o la piel.

  • Enfermedad pulmonar. Puede incluir neumonía o tuberculosis.

  • Otros problemas graves. Pueden incluir daño cerebral o cardíaco, Así como la obstrucción (bloqueo) de los vasos sanguíneos.

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